Una vez más traigo a este Blog una de las geniales colaboraciones de Mariano "el de la librería". Como ya os he comentado en otros post, Mariano realiza en Cadena Elite Archena (107.6 FM y www.cadenaelite.com) un espacio de radio llamado "El Ratico de Mariano", cada sábado a las 12 del medio día y en redifusión los martes a las 10 de la mañana. Precisamente de esas apariciones en radio, extraemos aquí algunas de sus intervenciones, en esta ocasión os muestro una titulada "Dar el pésame".
DAR EL PÉSAME (Por Pedro Mariano Crevillén)
En los pueblos existen buenas y malas costumbres, y personalmente lo que me gusta es dar y recibir el pésame. Cuando falta un ser querido, entiéndame no es que pretenda todas las semanas enterrar a mis familiares, hablo en términos a nivel del pueblo en general.
Vengo observando que en numerosos entierros, las familias por causas que ellos sólo conocen, se niegan a tomar el pésame, que es un acto tan sencillo como colocarse los familiares en fila y pasar todos los acompañantes, expresándote el sentimiento por ese ser querido. Como les digo, es el recuerdo que conservo de mis experiencias, pues en ese acto compruebas el gran afecto que sentían y escuchas frases de admiración que desconocías.
Intento en mis conversaciones con mis paisanos que no se pierdan algo tan hermoso y fraternal, y escucho excusas de que eso es muy antiguo y que se pasa un mal rato.
Cada uno ve la vida de una forma y nadie debe forzar a efectuar algo que no le gusta. Pero me viene a la memoria un acontecimiento que viví de cerca y del que tengo un agradable recuerdo: Falleció un familiar lejano, este señor tenía dos hijos que se marcharon del pueblo hacía bastantes años, uno a Madrid y el otro a Valencia y, naturalmente creo que habían asistido a algunos entierros de capital..., una funeraria, unas listas y un acompañamiento en coche de la Iglesia al cementerio.
Cuando llegaron al pueblo me preguntaron qué es lo que se hacía aquí, les indiqué que sencillamente los amigos se turnan para llevar el ataúd de su casa a la Iglesia. Recuerdo con una sonrisa que uno de ellos me indicó cuánto cobraban, les dije que nada y que normalmente se disputan el honor de llevar en hombros a un amigo.
Cuando acabó la ceremonia me volvieron a preguntar qué tenían que hacer, les indiqué que se colocaran en la puerta y todos los asistentes irían desfilando dándoles el pésame. Observé durante el acto sus rostros, pues no creían que su padre fuera tan querido y que tal cantidad de gente se hubiesen dejado sus ocupaciones para darles el pésame.
En fin, no tenían palabras para agradecer a todo el mundo su asistencia y su afecto. Por ello reitero que no debemos perder esta bella costumbre.
Nota: Texto extraído de la revista "El Veterano", por Pedro Mariano Crevillén.
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