El conocido fisioterapeuta José Antonio Bolarín pregonó anoche en la plaza de José Virgili las fiestas patronales en honor a San Roque, que se prolongarán hasta el 16 de agosto. Tras el encendido de la iluminación especial festiva, Bolarín -natural de Ceutí, donde conserva profundas raíces familiares- pronunció un pregón en el que recordó su infancia en Ceutí, localidad que abandonó a los 18 años.
El pregonero homenajeó a la gran cantidad de gente que trató durante ese tiempo y que marcaron su trayectoria vital. Rememoró a sus maestros, a los agricultores o a las mujeres trabajadoras en las fabricas de conserva. Bolarín recordó que antes de irse a estudiar a Madrid, dónde después estuvo trabajando con el prestigioso cirujano Pedro Guillén, estuvo como listero en una de las fábricas, para ganarse algún dinero, y conoció bien la calidad humana de sus paisanos.
De San Roque, aquél legendario santo al que el pueblo eligió como patrón en el siglo XVII, versó su milagrosa intervención tras una epidemia de peste que afectó a la localidad. Se dice que tras invocarle, la epidemia cesó. Tampoco olvidó a su famoso perro, como recuerdo de aquél fiel animal que le acompañaba en sus penurias, y que le salvó la vida, llevándole un pan diario y lamiendo sus heridas, cuando infestado de la peste tuvo que retirarse a una cueva.
Bolarín dedicó también una bella parrafada a las hermosas jóvenes de la localidad, las floristas, que son el alma y las reinas de las fiestas.
El momento cumbre de los festejos será el próximo día 7, con la bajada del santo patrono desde su ermita a la iglesia parroquial de Santa María.
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