La absorción del alcohol en el organismo depende de la cantidad de alcohol ingerido. Si es poco es absorbida por la mucosa bucal, el esófago, el estómago, el intestino y una pequeña parte no absorbida es eliminada por la orina. En mayores cantidades el alcohol pasa a la sangre donde llega a todo el organismo incluido el cerebro. El último paso se produce cuando el alcohol llega al hígado, donde es catabolizado y eliminado. Hay productos como la nicotina, el café y los medicamentos que también son eliminados por el hígado y por lo que si son consumidos junto con el alcohol se reduce la ingestión del alcohol por parte del hígado y se consigue que el alcohol haga más efecto. Si se come mientras se bebe el estómago ralentiza la absorción del alcohol. El alcohol afecta a muchos órganos (hígado, páncreas, corazón, intestino, sistema nervioso...) pero el más importante de todos es el cerebro donde, entre otros efectos se cuentan los siguientes, los cuales son especialmente peligrosos si se conduce con altas tasas de alcoholemia:
- Disminución de la capacidad de atención, percepción y reacción.
- Disminución de la capacidad para calcular distancias.
- Efecto túnel, que consiste en la disminución de la amplitud del campo visual.
- Aumento del sueño.
- Disminución de la capacidad de atención, percepción y reacción.
- Disminución de la capacidad para calcular distancias.
- Efecto túnel, que consiste en la disminución de la amplitud del campo visual.
- Aumento del sueño.
RECUERDA: Si bebes, no conduzcas. Si se ha bebido, se aconseja dejar pasar un mínimo de 4 horas antes de conducir.
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