El eslogan aparecido en prensa contraponía la química con el color y otros valores medioambientales y paisajísticos del enclave natural
Que la profesión de publicista se está poniendo muy difícil no es nada nuevo. A las eternas crisis del mercado y la precariedad en el empleo hay que sumar desde hace ya algunos años el riesgo que algunos creativos corren cuando tratan de dar con un eslogan que enganche y en apenas unas palabras resuma una marca, un concepto, un mensaje.Y el riesgo a veces trae consecuencias.
Eso es lo que le ha ocurrido a la Consejería de Turismo de la Comunidad Autónoma, que encargó a principios de año una campaña para atraer visitantes al Valle de Ricote. El publicista quiso contraponer los valores ambientales y paisajísticos de la comarca con algo, y se le ocurrió la química, tal vez dejándose llevar por la mala prensa que tienen muchos de los compuestos -como los pesticidas, los plásticos o incluso los hidrocarburos- en el mundo verde.
Eso es lo que le ha ocurrido a la Consejería de Turismo de la Comunidad Autónoma, que encargó a principios de año una campaña para atraer visitantes al Valle de Ricote. El publicista quiso contraponer los valores ambientales y paisajísticos de la comarca con algo, y se le ocurrió la química, tal vez dejándose llevar por la mala prensa que tienen muchos de los compuestos -como los pesticidas, los plásticos o incluso los hidrocarburos- en el mundo verde.
Dicho y hecho. El lema, de apenas seis palabras, se plasmó en unos anuncios que en una tipografía elegante y con remate promocionaban el Valle de Ricote. «Cero en química. Diez en color». Asunto resuelto. El primer anuncio se publicó en la prensa regional -incluido este diario- en marzo, y desde entonces ha venido apareciendo una vez al mes, regularmente, como una promoción más del portal murciaturística.es.
Quejas por el eslogan
Sin embargo, la última vez que vimos -y veremos el susodicho anuncio- fue el pasado 17 de noviembre. Desde entonces, una tormenta -eso sí, de dimensiones controlables y siempre entre caballeros- ha enfrentado a la consejería de Turismo con el Colegio Oficial de Químicos de la Región.
El presidente de este último, José Bódalo, cargó en una carta en los medios contra la consejería que dirige José Pablo Ruiz Abellán por el eslogan. «Nos molestó muchísimo», confirmaba ayer mismo el secretario técnico del Colegio, Juan Zaragoza, «porque cuando se lee, se atribuyen valores a la química como la contaminación».
La queja adquirió tales dimensiones que finalmente la Consejería de Turismo ha optado por retirar cautelarmente el anuncio. «Decidimos cambiar el eslogan tras leer el artículo de Bódalo y hablar directamente con ellos», aseguraba ayer también el consejero Ruiz Abellán, que añadió que «si hubiera recibido la queja el primer día que se publicó, también hubiéramos actuado de la misma forma».
«No se trata de falta de autocrítica o sentido del humor, es falta de información», señalaban desde el Colegio de Químicos. Y es que argumentan que si algo da color a nuestro mundo -y especialmente al Valle de Ricote- es precisamente la química, concretamente procesos como la oxidación mineral o la fotosíntesis que inunda de verde el último rincón morisco en la Región. «El publicista seguro que no lo ha hecho con mal ánimo», señalaba Zaragoza.
Ahora, Turismo está planteándose cambiar el lema y sustituir la palabra «química» por «estrés» o «ajetreo». Queda por ver si entonces, alguna asociación de afectados por el estrés no pone entonces el grito en el cielo. Esperemos que no...

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