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jueves, 18 de septiembre de 2008

La Voz Silenciosa: "¿De verdad estás convencido?"

Texto gentileza de Jose Francisco Díaz Salado para el Alboroque Digital
¿DE VERDAD ESTÁS CONVENCIDO?
Me refiero a convencido de lo que haces. A realmente seguro de que toda tu vida es lo que siempre has deseado. Que el presente es el que anhelabas y que el futuro que se presenta ante ti y los tuyos es el ideal.
¿Difícil, verdad? Pero no tanto. Mi opinión -y es sólo eso, mi opinión- es que vivimos tan sumamente deprisa, que quemamos los días y los meses y los años. Es llegar, alcanzar, conseguir. ¿A dónde? ¿Qué? Lo que nos dicen, lo que vemos, lo que tienen los demás. ¿Eso es la felicidad? ¿En serio?
No es mi intención criticar a quienes viven de una forma u otra. Yo sólo quiero dejar constancia de mi experiencia en la vida. Ya son años suficientes como para poder opinar.
Y cuando hablo de errores lo hago de los míos, que no de los demás. Eso que conste. Pero si a alguien le puede valer para reflexionar que lo haga. Aunque el refranero español es sabio y dice: “Nadie escarmienta en cabeza ajena”.
Cuando eres niño, estás deseando dejar de serlo. Dejar de estudiar y empezar a trabajar y ser algo. Ganarte tu sustento. No depender de tus padres. Luego quieres enamorarte y estás completamente convencido o convencida de que la persona que aparezca será la de tus sueños y la definitiva. Pero en todo eso vas a la carrera, al galope. Lanzado en pos de tu futuro.
Luego empiezas a frustrarte. La vida es como ese viaje que planeas con tanto detalle y con mucho cariño, que lo imaginas maravilloso y bonito, delicioso, bucólico, para recrearte en él cada instante. Luego cuando lo inicias, te das cuenta de que no todo se corresponde con lo ideado, con lo planeado y sufres una decepción tras otra.
No. La vida ha de tomarse como el viaje improvisado. Tienes que estar preparado para aceptar todo lo que venga y como venga. Y así, cada vez que te encuentres con algo distinto a lo que cuadra con tu imaginación, lo podrás aprovechar y disfrutarlo. Y aprenderlo. Y añadirlo a tu experiencia.
Encontrarás cosas buenas, malas y regulares. Aprende siempre de las malas, toma de ellas lo que puedas añadir a tu experiencia. Las regulares intenta torearlas lo más posible, porque te darán el fondo necesario para esa carrera que emprendiste. Y las buenas disfrútalas, como si fuera lo último que vas a hacer en la vida.
Porque después de todo, nunca sabes cuándo llegará ese día último. Porque cuando nacemos firmamos una letra. Y esa letra tiene un vencimiento. Nosotros no sabemos qué día, mes y año lleva escrito. Pero cuando haya vencido, no puedes negarte a pagarla.
Y qué triste sería si cuando ese día llegue, no hemos aprovechado hasta lo más nimio, hasta el detalle y el momento más insignificante de esta vida.
SED FELICES.

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