Fuente: www.20minutos.es
Sus dueños han sido condenados a dos años y medio de cárcel.
Sus defensores consideran que es desproporcionado.
Sus defensores consideran que es desproporcionado.
Desde que se pusieron en marcha las leyes sobre la contaminación acústica, han sido muchas las batallas libradas entre vecinos y bares de copas por culpa del ruido. Pero en Archena las tornas han cambiado, ya que el pasado fin de semana un millar de vecinos de la localidad se echaron a la calle para manifestarse a favor de los dueños del Fraggle Rock, que acaban de ser condenados a dos años y seis meses de cárcel por contaminación acústica.
David Salar, uno de los participantes en la protesta, asegura que el sentir de los vecinos es que la sentencia es desproporcionada y que la mayoría de las mediciones en las que se basa la demanda están tomadas en plenas fiestas de Archena, «cuando los bares sacan las barras y la música a la calle». Salar se pregunta, además, por qué otros vecinos no se han quejado nunca.
David Salar, uno de los participantes en la protesta, asegura que el sentir de los vecinos es que la sentencia es desproporcionada y que la mayoría de las mediciones en las que se basa la demanda están tomadas en plenas fiestas de Archena, «cuando los bares sacan las barras y la música a la calle». Salar se pregunta, además, por qué otros vecinos no se han quejado nunca.
«Como un zombi»
En cambio, la versión de los vecinos denunciantes es muy diferente. Antonio García, uno de ellos, se ha convertido en un especialista en ruidos, ya que él denunció en 1992 a un bar que había al lado del Fraggle Rock, llamado El Bucanero, que consiguió cerrar. Pero la historia se repitió y volvió a los tribunales.
«En mi dormitorio hemos medido hasta 107 decibelios», afirma. «No dormíamos. Mi señora estaba todo el día como un zombi, ni era señora ni era nada», añade. Antonio y su mujer llevan desde 2001 en manos de un especialista.
"Los calentaron con micrófonos"
Antonio García, uno de los vecinos que llevó adelante la denuncia contra el bar Fraggle Rock, no está muy afectado por la protesta que los vecinos sacaron a la calle. «Consigue más el que va por las buenas y el que pide perdón», asegura. Pero este hombre de 66 años dice que «lo que no se puede hacer es calentar a todo el pueblo para que vaya a una manifestación con micrófonos en los coches», dijo, sin acusar a nadie.
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