Fuente: La Opinión de Murcia
El terremoto, que tuvo su epicentro en Blanca y se produjo de madrugada, se dejó sentir también en Abarán, Cieza, Villanueva, Ricote y Campos del Río
Un terremoto de 2,8 grados de magnitud en la escala de Ritcher, cuyo epicentro se localizó entre Blanca y Abarán, se dejó sentir en la madrugada de este domingo y, durante dos o tres segundos en varios municipios de la Vega Alta y el Valle de Ricote, aunque sin que se hayan registrado daños personales ni materiales.
El seísmo, que como ya ocurriera en Mula (febrero de 1999) y en Lorca, (mayo de 2011), sucedió a otro de menor intensidad que se produjo sobre las doce y diez de la noche, se registró exactamente a la 01.49 horas, con una intensidad de 2,8 grados y asustó a los vecinos de Blanca, Abarán, Cieza, Ricote, Ulea, Villanueva del Segura, Campos del Río y Archena, según los datos que maneja el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que ha calculado la profundidad del epicentro a alrededor de ocho kilómetros bajo tierra.
Fueron muchos los habitantes de estos municipios los que se despertaron y algunos, alertados, salieron a la calle. A otros, el terremoto les sorprendió en alguna terraza de verano disfrutando de las benévolas temperaturas que hace a esas horas.
En Cieza, el seísmo se sintió especialmente por la zona sur de la ciudad. Muchos vecinos de esta zona, alarmados, llamaron al 112 y a la Policía Local. También se movieron sillas, mesas y otros utensilios en el Hospital de la Vega Lorenzo Guirao de la localidad. Allí, en el momento del movimiento sísmico, los pasillos se llenaron de gente que habían notado un fuerte golpe en el suelo que movió camas, sillones y, sobre todo, los goteros de los enfermos.
Las policías locales de los municipios de la zona coincidían en señalar que los teléfonos se colapsaron por las llamadas de vecinos alertando de que habían sentido un temblor de tierra. Fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias, en cambio, aseguraron que apenas se produjeron una treintena de llamadas.
"Una señal de la Naturaleza"
En busca de testimonios por las calles de Blanca de personas que hubieran notado el terremoto, LA OPINIÓN sorprendía ayer al alcalde de este municipio, Rafael Laorden, leyendo el ejemplar del día de este periódico. Explicó que desde primera hora de la mañana había hecho un recorrido por la localidad, por los alrededores e, incluso en la zona del epicentro, sin hallar daño alguno. El alcalde calificaba el terremoto como «casi anecdótico», pero no quiso dejar pasar la oportunidad para recordar que Lorca somos todos y que no debemos dejar en el olvido la Ciudad del Sol. «Es posible que la Naturaleza nos esté dando una especie de señal al resto de habitantes de la Región de Murcia, en esta ocasión a nosotros, para que sigamos ayudando a la ciudad de Lorca en estos momentos tan difíciles por los que aún está atravesando", subrayó.
"Una señal de la Naturaleza"
En busca de testimonios por las calles de Blanca de personas que hubieran notado el terremoto, LA OPINIÓN sorprendía ayer al alcalde de este municipio, Rafael Laorden, leyendo el ejemplar del día de este periódico. Explicó que desde primera hora de la mañana había hecho un recorrido por la localidad, por los alrededores e, incluso en la zona del epicentro, sin hallar daño alguno. El alcalde calificaba el terremoto como «casi anecdótico», pero no quiso dejar pasar la oportunidad para recordar que Lorca somos todos y que no debemos dejar en el olvido la Ciudad del Sol. «Es posible que la Naturaleza nos esté dando una especie de señal al resto de habitantes de la Región de Murcia, en esta ocasión a nosotros, para que sigamos ayudando a la ciudad de Lorca en estos momentos tan difíciles por los que aún está atravesando", subrayó.
También fue sorprendido por el terremoto José González, celador del Hospital de Cieza, quien trabajaba a la hora en la que tuvo lugar el temblor de tierra. «Notamos un golpe seco y después un temblor pequeño pero que hizo que todo se moviera. La verdad es que por momentos pasamos algo de miedo», afirmó.
Otros vecinos como el abaranero José Antonio Fernández afirmó ayer que el seísmo «fue como dos golpes, el primero alrededor de las doce de la noche y el segundo, bastante más fuerte, a las dos menos cuarto. Enseguida imaginamos que podía ser un terremoto».
Por su parte, Antonio Martínez, del Mesón Los Murcianos de Blanca, relata que «estábamos aquí en el bar y notamos que todo se movía, las botellas, los vasos, todo. Aunque no llegó a caerse nada al suelo. Fue durante unos 2 ó 3 segundos».
Por su parte, Antonio Martínez, del Mesón Los Murcianos de Blanca, relata que «estábamos aquí en el bar y notamos que todo se movía, las botellas, los vasos, todo. Aunque no llegó a caerse nada al suelo. Fue durante unos 2 ó 3 segundos».
A Abigail Miñano, estudiante de Blanca, asegura que «estaba acostada y la cama se movió. Me levanté del susto y vi cómo también se levantaba mi familia. Inmediatamente comprendimos que se trataba de un terremoto».
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