Inauguramos hoy una nueva sección en el Alboroque Digital denominada "Cronicas de Ceutí" dirigida por el Cronista Oficial de esta localidad D. Jose Antonio Marín Mateos. Es un orgullo para este diario digital contar con la colaboración en el mismo de una persona de la talla de D. Jose Antonio y por eso, desde aqui, queremos agradecerle su predisposición desde el primer momento a estar con nosotros en esta aventura. Antes de dar paso a este primer articulo nos gustaría hacer una semblanza de D. Jose Antonio Marín Mateos: nació en Murcia y es profesor de Geografía e Historia en el Primer Ciclo de la E.S.O en el I.E.S Felipe de Borbón (Ceutí), localidad en la que ha sido docente desde 1984 y que le nombró Cronista Oficial por sus actividades en el campo de la investigación histórica y etnológica, en diciembre de 2003.Profesor de E.G.B desde 11 de julio de 1.972, es Especialista en Ciencias Sociales y Educación Física en Segunda Etapa de la E.G.B, y, además de la enseñanza ha ocupado diferentes puestos de dirección en el Colegio Cervantes de Las Torres de Cotillas, en el Colegio Público Carboneras, Almería, en el Colegio Ntra. Sra. del Mar en Cartagena , en el Colegio Público San Roque, de Ceutí, y desde 1996 en el I.E.S Felipe de Borbón (Ceutí).
Su actividad en el campo de la investigación histórica le llevó a participar en el Grupo de Trabajo bajo el patrocinio del CEP de Murcia para la organización y desarrollo del Programa Historia y Cultura de la Región de Murcia (1988-1990) y fue coordinador del Estudio Histórico-Etnográfico e Investigaciones de la localidad de Ceutí entre 1995 y 1996.
Marín, además ha participado como conferenciante en diversos seminarios de Historia de la Región de Murcia, publicando sus trabajos en el periódico ¿Qutiyyas¿ (Las Torres de Cotillas), en "Yakka", Revista de Estudios Yeclanos, "Cangilón". Revista del Museo de la Huerta. Alcantarilla, así como en "Murcia Recupera". Fundación de Centro de Estudios Históricos e Investigaciones Locales de la Región de Murcia, ¿Ociomanía¿ de Las Torres de Cotillas, así como en el Periódico de Información Municipal de Ceutí y en La Opinión de Murcia.
"Calles de Ceutí", (1992). Ayto. de Ceutí.
"El Ceutí que se nos fue", (1993). Ayto. de Ceutí.
"A orillas del Segura". (1992). Ayto de Las Torres de Cotillas.
"Datos históricos de la Villa de Cotillas"(1993). Ayto de Las Torres de Cotillas.
"Aproximación a la vida en Las Torres durante la postguerra" (1940-1950). Ayto. de Las Torres de Cotillas.
"Datos históricos de finales del siglo XVIII e inicio del siglo XIX en Las Torres de Cotillas". (1994). Ayto. de Las Torres de Cotillas.
"Lorquí a lo largo del siglo XIX" (1994). Ayto. de Lorquí.
Aproximación a la Historia de los siglos XVII y XIX, en "Aportación a la historia de Ceutí". (1994). Ayto. de Ceutí.
"Cofradías Torreñas en Procesiones y Cofradías de Las Torres de Cotillas". (1995). Ayto. de Las Torres de Cotillas.
"Las Torres de Cotillas a lo largo del siglo XX". (1996). Ayto. de Las Torres de Cotillas. Cotillas 1916 (1996).
"El Joven Propagandista". (1996) Excmo. Ayto. de Ceutí.
"Historia del municipio de Campos del Río a lo largo de la primera mitad del siglo XX". en "Historia de Campos del Río I". (1997) Ayto. de Campos del Río.
La vida económica tradicional en "Aspectos tradicionales de Las Torres de Cotillas". Ayto. de Las Torres de Cotillas. (1997).
Los maestros durante la Guerra Civil y el Franquismo en "De maestros y costumbres en Las Torres de Cotillas". (1998). Ayto. de Las Torres de Cotillas.
"Tradiciones y vida cotidianas en Lorquí". (1999). Ayto. de Lorquí.
"Ceutí y San Roque" (1648-1998). 350 Aniversario. Ayto. de Ceutí.
"Historia de Albudeite". (2000) Ayuntamiento de Albudeite.
"El Casino de Espinardo". Inédito.
"El Ranero Un rincón de Murcia". (2000). Ayto. de Murcia.
"Crónica de Ceutí a lo largo del siglo XX". (2002). Ayuntamiento de Ceutí.
"Gregorio Deu e Isamat. Un republicano catalán en Ceutí" (1853-1889).(2003) Ayuntamiento de Ceutí.
"La Familia Garrido Panés y Campos del Río" (Murcia) (2003)
La trilogía "Pedro Fernández. Un siglo de medicina en Las Torres de Cotillas" (2004). Banco de Valencia, Montalbán y Rodríguez y A. Fuentes.
Ha publicado, asimismo, diversas aportaciones en volúmenes colectivos.
DESASTRES NATURALES EN CEUTÍ (texto de José Antonio Marín Mateos, Cronista Oficial de Ceutí)
La climatología de nuestra región, con largos periodos de sequías e inundaciones, ha desencadenado a lo largo de la Historia verdaderas tragedias. En el siglo XIX se produjo una de las más terribles: la de Santa Teresa.
Ocurrida en octubre de 1879, en tan sólo ocho horas fue capaz de aportar al río Guadalentín, a la altura de Lorca, un volumen de 58 millones de metros cúbicos de agua. Al unirse el Guadalentín con el Segura, éste alcanzó, los 2.000 metros cúbicos por segundo de caudal a su paso por la ciudad de Murcia, inundando toda la Vega Baja.
Por motivo de este suceso fallecieron 777 personas y se perdieron 24.000 ha. de cultivos. Con motivo de la campaña promovida a favor de los damnificados, escribieron Víctor Hugo, Daudet, Zola y otros novelistas europeos y se creó el periódico París-Murcia para recabar fondos.
Por lo que se refiere a Ceutí, en sesión extraordinaria del día 27 de octubre de 1879, el Alcalde Juan Martínez Jiménez, informaba a la Corporación de los efectos de la inundación ocurrida los días 14 y 15 del actual, que había ocasionado grandísimos daños en las tierras de riego, cosecha de panizo, pimientos, hortalizas, legumbres, frutas y en las hierbas, así como en la ganadería y en las casas.
Acompañado del alguacil Bernardino Pérez Martínez y de los regidores Alfonso Martínez Saurín, Francisco Navarro Bermúdez y Pedro Puche López, había recorrido el día 18 toda la parte del término inundada por las aguas, dándose cuenta de que a muchos contribuyentes le había ocasionado una terrible desgracia por la pérdida total de sus esquilmos así como daños considerables en las tierras; a otros, más de las tres cuartas partes y para algunos suponía la pérdida de la mitad de sus frutos y hortalizas. Con el fin de optar a las ayudas que concedía el Gobierno de S.M. Alfonso XII, era de urgente necesidad se procediera a la instrucción del oportuno expediente justificativo de las pérdidas y daños experimentados para tener derecho a la moratoria de dos años y perdón, en el caso de que así lo aprobaran los cuerpos legisladores, de las cuotas de contribución territorial que colectivamente satisfacía este pueblo.
Una vez debatido el tema por la Corporación, se acordó con arreglo a las prescripciones recibidas de la Dirección General de Contribuciones, elegir a tres propietarios mayores contribuyentes para que reconocieran en debida forma toda la parte del término que había sido inundada para que declararan e informasen de todo lo acontecido.
Puestos a deliberar sobre el nombramiento de las citadas personas, dominó la idea de que ninguno de los tres contribuyentes tuviera parte alguna en el daño, siendo elegidos por unanimidad: Nicolás Jara Martínez, José Alfonso Navarro y Francisco Jara Martínez, que, siendo propietarios en la clase de mayores contribuyentes, eran de los que menos perjuicios habían sufrido, aunque el siniestro había alcanzado a todos en mayor o menor medida, sin perjuicio de elegir a otros si se consideraba necesario para la mayor exactitud a pesar de tener completa confianza en la veracidad y honradez de los nombrados.
Así mismo, se nombró a José Martínez Saurín y Teodoro Alfonso Navarro, vecinos honrados e inteligentes a falta de peritos agrónomos y maestros alarifes, al objeto de que reconocieran los terrenos y edificios rústicos y urbanos perjudicados, en todo o en parte, por la inundación y certificaran el resultado a tenor por lo dispuesto por la Dirección General de Contribuciones. Se le dio autorización al Alcalde-Presidente, para la tramitación del expediente y que diera cuenta tan pronto estuviese terminado, ordenando al Secretario de la municipalidad José Banegas Luna, para que no demorara el servicio de cuanto acababa de acordarse. En sesión extraordinaria de 13 de ese mismo mes, el Secretario dio lectura al expediente que la Corporación había acordado instruir, en solicitud de moratoria por dos años para el pago de la contribución territorial.
Enterado el Ayuntamiento de la Real Orden de las prevenciones que hacía la Dirección General de Contribuciones, conformes con la exactitud de las declaraciones, relación de contribuyentes, certificación de peritos y demás que del referido expediente constaba, acordó se remitiera al Jefe económico de la provincia, suplicándole se dignara a prestarle un informe favorable y dispusiera su remisión a la Superioridad a los efectos que procedieran.
Con fecha 17 de enero de 1880, el Ayuntamiento recibe una comunicación del Jefe económico de la provincia, en la que transcribe la Real Orden que le había trasladado el Director General de Contribuciones y por la que S. M. el Rey, conformándose con lo propuesto por dicha Dirección General y de acuerdo con el Consejo de Ministros, se había servido conceder a los contribuyentes de esta villa, moratoria por término de dos años o sea hasta el 30 de junio de 1881, para el pago de la contribución territorial respectiva al corriente año económico, en vista del expediente instruido por la Corporación a consecuencia de la catástrofe ocurrida por las aguas del Segura en la noche del 14 al 15 de octubre pasado. El Ayuntamiento acordó anunciar por medio de edicto al vecindario esta moratoria para su satisfacción.
El día 26 de abril de 1884 en Ceutí, y otros municipios de la región como Santomera y Pacheco, tuvieron lugar desastrosos efectos producidos, en unos casos por la inundación y en otros por el pedrisco y el agua. En el caso de Ceutí, fue el arbolado el que sufrió más los efectos devastadores del agua. En Santomera, como en El Raal, y en toda la parte baja de la Huerta, las pérdidas fueron muy intensas. En Pacheco, al no tener esperanza de segar nada, tuvieron que despedir a las cuadrillas de segadores, a quienes estaban ya manteniendo algunos días.
En julio de 1900, tiene lugar por parte del Ayuntamiento la formación de un expediente instruido como consecuencia de la inundación motivada por las grandes avenidas del río Segura en los días 27 y 28 de junio último y teniendo en cuenta la Corporación que los daños sufridos son los mismos que han tasado los peritos D. Antonio García García y D. José Pérez Sánchez, el Ayuntamiento acordó declarar bien formado dicho expediente y que este se remita al Gobernador Civil de la provincia, suplicando a esta Superior Autoridad allegue cuantos recursos le sean posibles a los pobres labradores contenidos en la citada relación.
En la tarde del lunes 20 de mayo de 1929, siendo las tres de la tarde, una tormenta inundaba la villa de Ceutí, produciendo grandes pérdidas en la huerta. La Corporación reunida en sesión extraordinaria, acuerda solicitar de los poderes públicos la compensación por los perjuicios causados por la tormenta ocurrida en el término municipal y en especial en los sitios denominados: Barracón, barrio de Quitapellejos (actual barrio de San Antonio), y Pago de Abajo, por la fuerte inundación y pedrisco en dicho día, además del desbordamiento de la rambla de Huete, causando grandes daños a los agricultores que tenían propiedades en los sitios mencionados, destruyendo sus plantíos y demás cultivos, por lo que se podían considerar las pérdidas en la casi totalidad de las cosechas que se recolectan en los términos mencionados.
Se ve por tanto esta Corporación, de solicitar del Gobierno de S. M. los beneficios que se conceden en estos casos, para cuyo efecto se hacía preciso la formación del correspondiente expediente dentro del plazo de ocho días.
Se facultaba al alcalde, Vicente Martí Nieto, para el nombramiento de tres testigos que habían de informar sobre el asunto, por no existir en este término profesionales agrónomos, siendo por cuenta del municipio las dietas que se tengan que abonar y gastos que concurran.
Tres días más tarde, el Gobierno Civil recibía un oficio de la Alcaldía de Ceutí, dando cuenta de la tormenta que descargó sobre el término municipal. El informe daba cuenta del desastre, las ramblas se desbordaron, arrastrando árboles, frutales y las hortalizas, tomates, pimientos, etc. que en la huerta había plantada.
Por efecto de la fuerza de la corriente se habían roto las acequias y el agua había inundado toda la población, entrando en la iglesia y en el Ayuntamiento, teniendo que desalojarse este último ante el temor de un posible derrumbamiento.
Las pérdidas eran muy importantes agravadas por no haber habido este año en el campo cosecha de cereales por la pertinaz sequía. Las autoridades de Ceutí pedían remedio urgente al Gobierno para remediar en parte los daños causados por la fuerte tormenta.
En 1946 de nuevo el río Segura enseñaba sus fauces. Durante la noche del domingo 21 de abril y el día siguiente, tiene lugar el desbordamiento del río Segura, destrozando más de 1.500 tahúllas de esta huerta en plena producción, no habiendo que lamentar, por suerte, desgracias personales, pero considerándose las pérdidas incalculables, motivando el desastre económico para gran número de familias. Se le cursa un telegrama al Gobernador Civil dándole cuenta de la situación.
Como consecuencia de esta inundación se produce un paro de más de 150 jornaleros en el término, abonando el Ayuntamiento algunos meses más tarde, la cantidad de 215 pesetas a los carreteros Pedro Sánchez, Emilio Guillén, Ramón Berenguer y a la empresa Hernández Ríos, por el transporte de los artículos consumidos en “Auxilio Social” por comidas a los damnificados por las inundaciones.
Decir que el 30 de abril llegaba a Murcia, por vez primera, el Jefe del estado, Francisco Franco, prometiendo soluciones definitivas desde el balcón del Ayuntamiento de Murcia para todos los problemas de la vega.
Sin embargo, en la noche del 21 de octubre de 1948 tiene lugar una nueva inundación en Ceutí por parte del río Segura y el desbordamiento de la rambla de Huete a su paso por la carretera de esta villa a Alguazas. Como en los casos anteriores, se pone en conocimiento del Gobernador Civil y del Ingeniero jefe de Obras Públicas de Murcia. Algunos días después se recibe la visita de varios ingenieros del Instituto Nacional de Colonización para observar sobre el terreno los estragos causados por la riada. Al año siguiente, se arregla la rambla de Huete con una subvención de 9.000 pesetas procedentes de la Junta Administradora contra el Paro Obrero. En 1952 es la Diputación provincial la que destina 10.025 pesetas con 60 céntimos para la monda de la rambla de Huete para prevención de avenidas.
José Antonio Marín Mateos.
Cronista Oficial de Ceutí
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