Todos los partidos coinciden en que la Región pierde un político capaz, inteligente y especialmente dotado para el diálogo
José Ramón Jara ha conseguido triunfar incluso con su muerte, al poner de acuerdo a todos los partidos políticos de la Región en la valoración de su talla humana y su valía política. Un justo mérito para un político que siempre primó la concertación frente a la crispación. Sin embargo, donde más han acusado el golpe ha sido en el PSRM-PSOE. La familia socialista recibió un mazazo ayer poco después del mediodía, cuando empezó a correr la noticia de que el vicesecretario general y uno de los pilares del partido acababa de exhalar su último aliento.
Jara falleció en su hogar, junto a su familia, tras una breve y dolorosa enfermedad provocada por un cáncer. Su última comparecencia pública fue el pasado 9 de octubre, con motivo de una rueda de prensa en la sede regional del partido. Aquel día ya mostraba los primeros síntomas del irremediable mal, aunque aún él no lo sabía. Sufría fuertes dolores en la espalda y tras comparecer ante los medios se marchó a casa a restablecerse. Los análisis médicos posteriores revelaron la gravedad de la enfermedad.
José Ramón Jara Vera tenía 45 años, estaba casado con María Asunción López Molina, y tenía una hija. Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Murcia, contaba con un amplio currículum como investigador y especialista en gestión y dirección estratégica de universidades. En su carrera profesional llegó a ser gerente del campus de Albacete de la Universidad de Castilla-La Mancha, cargo que dejó en 2004 para dedicarse por entero a la política al convertirse en la mano derecha de Pedro Saura, secretario general del PSRM-PSOE. Antes había sido concejal en Ceutí y desde las últimas elecciones regionales, en mayo del 2007, ocupaba un escaño en la Asamblea Regional.
El Parlamento le rindió ayer a Jara, a quien reemplazará el ex alcalde de Santomera, José Antonio Gil, un emotivo homenaje durante el debate de los presupuestos de la Comunidad. Los diputados suspendieron sus intervenciones y le dedicaron un minuto de silencio.
El dolor por la pérdida llegó incluso a la ejecutiva federal socialista, cuyos vicesecretario general, José Blanco, y secretaria de Organización, Leire Pajín, transmitieron su pésame al partido y a la familia de Jara. Pedro Saura, visiblemente afectado, declaró que representa «una gran pérdida para la Región, para el PSOE y, particularmente, para mí, porque era ante todo un gran amigo». Durante todo el día y la noche de ayer, el tanatorio de Ceutí, donde tuvo lugar el velatorio, recibió la visita de numerosas personalidades, entre ellas la del presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, y la consejera de Presidencia.
José Ramón Jara ha conseguido triunfar incluso con su muerte, al poner de acuerdo a todos los partidos políticos de la Región en la valoración de su talla humana y su valía política. Un justo mérito para un político que siempre primó la concertación frente a la crispación. Sin embargo, donde más han acusado el golpe ha sido en el PSRM-PSOE. La familia socialista recibió un mazazo ayer poco después del mediodía, cuando empezó a correr la noticia de que el vicesecretario general y uno de los pilares del partido acababa de exhalar su último aliento.
Jara falleció en su hogar, junto a su familia, tras una breve y dolorosa enfermedad provocada por un cáncer. Su última comparecencia pública fue el pasado 9 de octubre, con motivo de una rueda de prensa en la sede regional del partido. Aquel día ya mostraba los primeros síntomas del irremediable mal, aunque aún él no lo sabía. Sufría fuertes dolores en la espalda y tras comparecer ante los medios se marchó a casa a restablecerse. Los análisis médicos posteriores revelaron la gravedad de la enfermedad.
José Ramón Jara Vera tenía 45 años, estaba casado con María Asunción López Molina, y tenía una hija. Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Murcia, contaba con un amplio currículum como investigador y especialista en gestión y dirección estratégica de universidades. En su carrera profesional llegó a ser gerente del campus de Albacete de la Universidad de Castilla-La Mancha, cargo que dejó en 2004 para dedicarse por entero a la política al convertirse en la mano derecha de Pedro Saura, secretario general del PSRM-PSOE. Antes había sido concejal en Ceutí y desde las últimas elecciones regionales, en mayo del 2007, ocupaba un escaño en la Asamblea Regional.
El Parlamento le rindió ayer a Jara, a quien reemplazará el ex alcalde de Santomera, José Antonio Gil, un emotivo homenaje durante el debate de los presupuestos de la Comunidad. Los diputados suspendieron sus intervenciones y le dedicaron un minuto de silencio.
El dolor por la pérdida llegó incluso a la ejecutiva federal socialista, cuyos vicesecretario general, José Blanco, y secretaria de Organización, Leire Pajín, transmitieron su pésame al partido y a la familia de Jara. Pedro Saura, visiblemente afectado, declaró que representa «una gran pérdida para la Región, para el PSOE y, particularmente, para mí, porque era ante todo un gran amigo». Durante todo el día y la noche de ayer, el tanatorio de Ceutí, donde tuvo lugar el velatorio, recibió la visita de numerosas personalidades, entre ellas la del presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, y la consejera de Presidencia.
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