Nunca llueve a gusto de todos, es una frase hecha pero toda una realidad. Este año la meteorología no estuvo con la Semana Santa, si con nuestros campos y nuestras tierras tan faltas de agua. Yo sinceramente no recuerdo en mi vida una Semana Santa como la vivida, tres procesiones de mi pueblo se han tenido que suspender (las tres quizás más importantes, la de miércoles santo, viernes santo en la mañana y viernes santo en la noche), además de tampoco poderse celebrar el tradicional acto y tipico de nuestra localidad como es el Desenclavamiento.
En estos días se ha oído de todo, gente cabreada con estas inoportunas lluvias y gente al contrario totalmente agradecida por cuanto supone para nuestros campos.
Yo sinceramente he visto esta situación como una bendición para nuestra tierra, soy consciente de que para las Cofradias de Semana Santa ha supuesto un duro revés, todas ellas llevan un año entero preparando estos dias....., pero lo cierto y verdad es que el agua aquí en nuestra Murcia querida siempre ha de ser bien recibida.
Fue curioso ver la procesión de Domingo de Resurrección en Archena, asistió a la misma más gente que ningún año anterior, se notó el deseo de los archeneros por disfrutar de sus procesiones, este año reducidas a unas pocas por las lluvias citadas. Yo personalmente este año noté en falta el momento intimo del Desenclavamiento, acto en el cual desde hace unos años participó activamente junto a mi padre y Julio Marin, todo ello siguiendo una tradición que viene de generaciones atrás, habiendo tomado el relevo de mi querido tío Andrés Abenza (tragicamente fallecido hace unos años en un accidente domestico y al que desde aquí quiero rendir un sentido recuerdo y homenaje).
El Desenclavamiento normalmente tiene lugar en la tarde del Viernes Santo, y en este acto se representa la bajada del Cristo ya muerto en la Cruz para su traslado al Sepulcro (el paso de "la cama" en Archena, en el que desfila posteriormente en la procesión de la noche del Santo Entierro). La imagen de este Cristo en la Cruz es una obra del escultor local Enrique Salas realizada en el año 1940, una imagen articulada que permite la movilidad de sus brazos y que se venera en la Parroquia de S. Juan Bautista de Archena .
En la foto adjunta a este comentario podemos ver un momento del Desenclavamiento del pasado año.
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