Fuente: La Verdad.es (25-06-2007)
La Fiscalía de Málaga solicita en sus conclusiones provisionales 23 años de cárcel para una banda integrada por cuatro presuntos secuestradores que retuvo durante casi un mes a un joven marroquí para ganar dos millones de euros a cambio de su liberación, que finalmente se produjo en Ceutí gracias a la actuación policial.
Durante el tiempo en el que joven estuvo privado de libertad, fue constantemente amenazado de muerte y pasó varios días atado de pies a una silla. Según el relato del fiscal, el suceso comenzó el 23 de enero de 2004 en Benalmádena, cuando dos de los supuestos secuestradores se acercaron al joven haciéndose pasar por policías y le pidieron que les acompañara en el vehículo porque debía solucionar unos problemas del coche que él utilizaba. El chico, de nacionalidad marroquí, accedió ya que creyó que eran agentes y subió al coche, donde fue conducido hasta un lugar indeterminado, al parecer de la provincia de Granada.
Durante el trayecto los acusados le desvelaron que no eran policías y le advirtieron de que pedirían a su familia, residente en Holanda, dos millones de euros a cambio de su liberación. De lo contrario, lo matarían. En el viaje le suministraron una pastilla para que durmiera y le taparon unas gafas con unos cartones que le impedían la visión, tras lo cual lo cogieron por la fuerza y lo escondieron en el maletero del coche. El chico fue trasladado primero hasta un apartamento de la localidad murciana de la Manga de Mar Menor, donde permaneció unos días, y después conducido hasta otro piso de Ceutí, donde fue liberado el 15 de febrero.
La Fiscalía de Málaga solicita en sus conclusiones provisionales 23 años de cárcel para una banda integrada por cuatro presuntos secuestradores que retuvo durante casi un mes a un joven marroquí para ganar dos millones de euros a cambio de su liberación, que finalmente se produjo en Ceutí gracias a la actuación policial.
Durante el tiempo en el que joven estuvo privado de libertad, fue constantemente amenazado de muerte y pasó varios días atado de pies a una silla. Según el relato del fiscal, el suceso comenzó el 23 de enero de 2004 en Benalmádena, cuando dos de los supuestos secuestradores se acercaron al joven haciéndose pasar por policías y le pidieron que les acompañara en el vehículo porque debía solucionar unos problemas del coche que él utilizaba. El chico, de nacionalidad marroquí, accedió ya que creyó que eran agentes y subió al coche, donde fue conducido hasta un lugar indeterminado, al parecer de la provincia de Granada.
Durante el trayecto los acusados le desvelaron que no eran policías y le advirtieron de que pedirían a su familia, residente en Holanda, dos millones de euros a cambio de su liberación. De lo contrario, lo matarían. En el viaje le suministraron una pastilla para que durmiera y le taparon unas gafas con unos cartones que le impedían la visión, tras lo cual lo cogieron por la fuerza y lo escondieron en el maletero del coche. El chico fue trasladado primero hasta un apartamento de la localidad murciana de la Manga de Mar Menor, donde permaneció unos días, y después conducido hasta otro piso de Ceutí, donde fue liberado el 15 de febrero.
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