En el Alboroque Digital estamos de enhorabuena. Cada vez son más los colaboradores que se van uniendo a nuestro diario digital, y en este caso es Tomás Guillen Sánchez quien nos aporta un granito más de arena.
Tomás Guillén es natural de Ceutí y residente actualmente en Santomera, profesor de física y química en el IES Santiago Grisolía de Callosa de Segura (Alicante).
Desde hoy tendrá un hueco en el Alboroque Digital con muchas de sus poesías en una sección que hemos denominado "Tiempo de poesía". Desde aquí queremos agradecer a Tomás su aportación desinteresada.
Retazos
En diciembre boquea el romero
las últimas flores del año,
y ponen en su yunque de piedra
sábanas blancas las cumbres elevadas.
En enero
verdean las tierras y cosecha el olivo.
En febrero
se va de boda el almendro
inmaculado, radiante y florecido.
Por San José se viste
la acacia de amarillo.
También en marzo se casa
de blanco el cerezo.
Abril de fresa y procesión,
y azahar de naranjo y limonero,
preñan de sabores la boca
jaleando, con esencias embriagadoras,
al aire y las pisadas del camino.
Por mayo serpentean
las mieses al son del horizonte
agitado por la brisa.
Se encañan y se apuntalan
mirando al cielo luminoso del junio penitente
que dorará la piel de sus hijos.
Por mayo se viste de púrpura la jacaranda
y presenta en sociedad su prole el algarrobo.
Mientras, se sonroja el granado
por la media mirada de la primavera,
y levanta la mano, en el trigal, la amapola
antes de la siega.
En junio se pone sangriento el cerezo,
y se presenta el albaricoque sin llamarlo
cuando campanea la breva.
Julio de melocotón y ciruela.
En agosto de sol y de melón
levanta la mano la humilde palera.
Septiembre, crisol de uvas
y pisadas de esperanza. Pies
que destilan, al cuidado de la barrica de roble,
su sangre más preciada:
el vino, regalo del agua, del sol y de la tierra.
La higuera en septiembre
está verdimorada.
Octubre tamborea en el cielo y llora
lluvia que será la sangre de la tierra.
Noviembre recuerda a sus muertos
y abre la tierra para albergar la semilla,
y prepara el camino a la primera nevada:
ésa despensa donde beberá la hierba
cuando se levante con sed la primavera.
Soneto a una teta
Busca la mano alcanzarte con treta.
Desean hijo y padre amamantarse,
beber en tu cáliz y emborracharse
después de coronar su cima y meta.
las últimas flores del año,
y ponen en su yunque de piedra
sábanas blancas las cumbres elevadas.
En enero
verdean las tierras y cosecha el olivo.
En febrero
se va de boda el almendro
inmaculado, radiante y florecido.
Por San José se viste
la acacia de amarillo.
También en marzo se casa
de blanco el cerezo.
Abril de fresa y procesión,
y azahar de naranjo y limonero,
preñan de sabores la boca
jaleando, con esencias embriagadoras,
al aire y las pisadas del camino.
Por mayo serpentean
las mieses al son del horizonte
agitado por la brisa.
Se encañan y se apuntalan
mirando al cielo luminoso del junio penitente
que dorará la piel de sus hijos.
Por mayo se viste de púrpura la jacaranda
y presenta en sociedad su prole el algarrobo.
Mientras, se sonroja el granado
por la media mirada de la primavera,
y levanta la mano, en el trigal, la amapola
antes de la siega.
En junio se pone sangriento el cerezo,
y se presenta el albaricoque sin llamarlo
cuando campanea la breva.
Julio de melocotón y ciruela.
En agosto de sol y de melón
levanta la mano la humilde palera.
Septiembre, crisol de uvas
y pisadas de esperanza. Pies
que destilan, al cuidado de la barrica de roble,
su sangre más preciada:
el vino, regalo del agua, del sol y de la tierra.
La higuera en septiembre
está verdimorada.
Octubre tamborea en el cielo y llora
lluvia que será la sangre de la tierra.
Noviembre recuerda a sus muertos
y abre la tierra para albergar la semilla,
y prepara el camino a la primera nevada:
ésa despensa donde beberá la hierba
cuando se levante con sed la primavera.
Soneto a una teta
Busca la mano alcanzarte con treta.
Desean hijo y padre amamantarse,
beber en tu cáliz y emborracharse
después de coronar su cima y meta.
Pecho te llaman y sólo eres teta.
Naciste invisible, apenas proyecto
que se torna turgente, más selecto.
Tras encajes sonríes indiscreta.
Naces pistolera y mueres agostada
por el enorme peso de los días
que te llevan del cielo hasta la tierra.
¡Eres tú la reina, la más preciada
dádiva! ¡El sueño de unas manos frías!
Buscar el calor que tu pecho encierra.
Tómás Guillén Sánchez
por el enorme peso de los días
que te llevan del cielo hasta la tierra.
¡Eres tú la reina, la más preciada
dádiva! ¡El sueño de unas manos frías!
Buscar el calor que tu pecho encierra.
Tómás Guillén Sánchez
"Pecho te llaman y sólo eres teta" bonita frase :)
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