Fuente: La Verdad
Alguazas ha vuelto a vivir una vez más un episodio de robo con intimidación. Esta vez los hechos han ocurrido en el supermercado Super-Camp, en donde un encapuchado ha robado la caja con la recaudación casi al completo. «Se ha llevado unos quinientos euros. Sólo se ha dejado las monedas», explica una de las dos trabajadoras que se encontraba en el comercio.
Con un cuchillo de sierra en la mano, el ladrón, de nacionalidad española, pidió el dinero de la caja registradora a las dos dependientas del local. Tras esta acción, ambas corrieron hasta el cuarto de baño para, una vez encerradas, llamar a la Policía Local. «Los nervios no nos dejaban marcar el número correcto. El caso es que sólo había un cliente en el supermercado y aunque nosotras corrimos, el ladrón pudo abrir la caja con las llaves que se encontraban puestas», asegura una dependienta.
Según la descripción de las testigos, el ladrón llevaba una sudadera azul y era de constitución delgada. Tras hacerse con el dinero corrió calle abajo en busca posiblemente de un vehículo que se mantenía a la espera. La Guardia Civil se presentó en el lugar de los hechos y buscó huellas del agresor en la caja registradora. Ambas trabajadoras tomaron diversas medicaciones para calmar los nervios y poco tiempo después se encontraban trabajando con normalidad en el establecimiento, eso sí, con el susto en el cuerpo aún.
Hace apenas un mes, justo en la acera de enfrente, se producía otro robo con intimidación. En el Banco Santander, un encapuchado atracaba la sucursal a punta de pistola y escapaba en bicicleta. También destaca el robo con agresión que vivió el matrimonio empresario Aráez, cuando tres asaltantes se introdujeron en la cochera de su casa y asestaron una paliza con puñalada a la altura del corazón incluida.
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