Fuente: EFE
El hijo mayor de José Vicente M.H., al que desde ayer se juzga en la Audiencia Provincial de Murcia por el asesinato de su esposa y madre, ha declarado hoy en el juicio que la víctima y los tres hijos del matrimonio vivían "asustados, con mucha tensión" porque su padre "era una persona agresiva".
Este testigo, J.V.M., definió también a su progenitor como "una persona a la que no se le podía llevar la contraria, siempre había que darle la razón y hacer lo que él dijera, mientras que mi madre era una mujer tranquila, siempre atenta a la casa y al cuidado de sus hijos".
Este hijo del procesado ha añadido que además de la violencia verbal de la que fue víctima su madre "nunca ví que la agrediera, y tampoco pensé nunca que fuera capaz de quitarle la vida".
Ha señalado también que el 25 de enero de 2008, día en el que ocurrió el crimen, el acusado comió en su casa junto con la madre, ya que ésta se había ido a vivir voluntariamente allí por no querer seguir con su esposo en la vivienda familiar, ubicada en la urbanización de Altorreal (Molina de Segura).
"Aquel día, ha declarado este testigo, lo vi más calmado, más tranquilo, parecía que escuchaba más a la gente, por lo que nunca pensé que podía hacer lo que hice, porque, además, el día anterior había pasado a recoger a mi madre y los dos se fueron a realizar unas gestiones en Cartagena".
Ha señalado asimismo que a pesar de que la convivencia familiar era difícil por la actitud del acusado, "nunca lo denunciamos, por cobardía, y hoy me arrepiento de no haber sabido defender a mi madre de otra manera".
Este testigo, al responder a varias preguntas formuladas por los miembros del jurado popular que juzga a su padre, manifestó que la víctima "vivía atemorizada" y que durante los años de matrimonio nunca se habló de plantear la separación.
Esta segunda jornada del juicio había comenzado con la declaración del doctor Máximo Poza, que en 2001 y 2002 atendió a José Vicente M.H. y que ha asegurado que fue atendido en la Unidad del Dolor del Hospital "Virgen de la Arrixaca" para ser atendido de una dolencia en la espalda.
Ha añadido que al acusado había de administrársele con tanta frecuencia preparados de morfina que se le instaló una bomba de perfusión en la columna.
El doctor Poza ha indicado también que el presunto asesino ingería diariamente una gran cantidad de fármacos y que algunos de ellos podían producirle cansancio y, en algún caso, disfunción cerebral.
"No obstante, ha añadido, estos fármacos no tenía, necesariamente, que afectar a su estado mental ni provocar en él estados de violencia y agresividad".
José Vicente M.H., cuyo juicio continuará mañana con nuevas pruebas, se enfrenta a una solicitud de condena de 18 años de prisión por el asesinato de su esposa con un cuchillo de cocina.
Según las scusaciones, José Vicente M.H., tras asestar dos puñaladas a la víctima, una de las cuales fue mortal al llegar al pulmón, y con el cadáver en el interior de su coche, procedió a presentarse en la puerta de la Jefatura Superior de Policía, donde confesó lo ocurrido. EFE
El hijo mayor de José Vicente M.H., al que desde ayer se juzga en la Audiencia Provincial de Murcia por el asesinato de su esposa y madre, ha declarado hoy en el juicio que la víctima y los tres hijos del matrimonio vivían "asustados, con mucha tensión" porque su padre "era una persona agresiva".
Este testigo, J.V.M., definió también a su progenitor como "una persona a la que no se le podía llevar la contraria, siempre había que darle la razón y hacer lo que él dijera, mientras que mi madre era una mujer tranquila, siempre atenta a la casa y al cuidado de sus hijos".
Este hijo del procesado ha añadido que además de la violencia verbal de la que fue víctima su madre "nunca ví que la agrediera, y tampoco pensé nunca que fuera capaz de quitarle la vida".
Ha señalado también que el 25 de enero de 2008, día en el que ocurrió el crimen, el acusado comió en su casa junto con la madre, ya que ésta se había ido a vivir voluntariamente allí por no querer seguir con su esposo en la vivienda familiar, ubicada en la urbanización de Altorreal (Molina de Segura).
"Aquel día, ha declarado este testigo, lo vi más calmado, más tranquilo, parecía que escuchaba más a la gente, por lo que nunca pensé que podía hacer lo que hice, porque, además, el día anterior había pasado a recoger a mi madre y los dos se fueron a realizar unas gestiones en Cartagena".
Ha señalado asimismo que a pesar de que la convivencia familiar era difícil por la actitud del acusado, "nunca lo denunciamos, por cobardía, y hoy me arrepiento de no haber sabido defender a mi madre de otra manera".
Este testigo, al responder a varias preguntas formuladas por los miembros del jurado popular que juzga a su padre, manifestó que la víctima "vivía atemorizada" y que durante los años de matrimonio nunca se habló de plantear la separación.
Esta segunda jornada del juicio había comenzado con la declaración del doctor Máximo Poza, que en 2001 y 2002 atendió a José Vicente M.H. y que ha asegurado que fue atendido en la Unidad del Dolor del Hospital "Virgen de la Arrixaca" para ser atendido de una dolencia en la espalda.
Ha añadido que al acusado había de administrársele con tanta frecuencia preparados de morfina que se le instaló una bomba de perfusión en la columna.
El doctor Poza ha indicado también que el presunto asesino ingería diariamente una gran cantidad de fármacos y que algunos de ellos podían producirle cansancio y, en algún caso, disfunción cerebral.
"No obstante, ha añadido, estos fármacos no tenía, necesariamente, que afectar a su estado mental ni provocar en él estados de violencia y agresividad".
José Vicente M.H., cuyo juicio continuará mañana con nuevas pruebas, se enfrenta a una solicitud de condena de 18 años de prisión por el asesinato de su esposa con un cuchillo de cocina.
Según las scusaciones, José Vicente M.H., tras asestar dos puñaladas a la víctima, una de las cuales fue mortal al llegar al pulmón, y con el cadáver en el interior de su coche, procedió a presentarse en la puerta de la Jefatura Superior de Policía, donde confesó lo ocurrido. EFE
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