Fuente: La Verdad
La fuga se produjo en el tanque de una empresa de alimentación, que asegura que no hubo problemas para la salud
Un olor desagradable producido por el escape de ácido clorhídrico de una cubeta de la fábrica de alimentación de Las Torres de Cotillas Golden Foods activó ayer el protocolo de seguridad del colegio público Joaquín Cantero y del Centro de Atención a Infancia (CAI) Titina, dando lugar a la evacuación de los alumnos de ambos centros.
Los hechos sucedieron sobre las 12.30 horas, cuando el depósito de acero inoxidable que contenía el ácido clorhídrico de la empresa torreña presentó una avería y comenzó a derramar su contenido sobre la cubeta exterior de hormigón. Esto provocó una nube tóxica perfectamente apreciable en los alrededores de la empresa. «Vaya llamando a los padres de los niños para comunicarle lo sucedido y los que quieran recoger a sus hijos que lo hagan, pero la emanación es pequeña y no es una situación de urgencia», recomendaba un miembro de la Policía Local del municipio a la directora del centro de Primaria, Noelia Quirós.
Asimismo, Quirós manifestó que las medidas de seguridad que habían tomado en el centro se limitaron a cerrar puertas y ventanas para que no hubiese posibilidad de respiración de la nube, ya que el aire exterior estaba jugando a su favor desplazando la nube hacia el lado contrario. «Estamos llamando a los padres para informarles y ofrecerles la posibilidad de recoger a sus hijos, pero dentro del centro no hemos notado nada».
Por su parte, los alumnos del colegio público Joaquín Cantero sí que realizaron en la tarde de ayer un desalojo de emergencia de todos los alumnos, ya que según padres de estos escolares, fueron los propios profesores los que se percataron de que en el aire se encontraba una sustancia tóxica.
Según una de las profesoras de infantil de este centro educativo, Trini Salinas, «a las 12.45 horas sonó la alarma y comenzamos a evacuar a los alumnos, porque había una nube de color blanco cerca del colegio. Olía a algo así como a amoniaco. Parecía una fuga de gas». Fue entonces cuando la dirección del centro dio órdenes expresas al profesorado de que evacuasen el colegio, y lo hicieron siguiendo el protocolo de emergencias que cada trimestre ponen en práctica: alumnos en fila y todos, en orden, al patio. Lo que ocurre, es que a su llegada al patio de juegos tuvieron que cambiar la estrategia. «El olor a amoniaco era muy fuerte y por la seguridad de los escolares los trasladamos fuera del colegio».
Picor de ojos
Entre tanto, el profesorado del Maestro Joaquín Cantero refugió a los cerca de 250 alumnos de infantil y primaria, en las instalaciones del IES Salvador Sandoval «porque a algunos niños y profesores les picaba la cara, los ojos y la lengua». Por este motivo, prefirieron esperar en el IES, antes que seguir expuestos en el patio a la nube tóxica, mientras que en el colegio se personaban cuatro efectivos de la Policía Local, Protección Civil y dos dotaciones de bomberos.
Por su parte, el gerente de la empresa de alimentación explicó que esta rotura no generaba problema alguno para la salud y que el traslado del ácido del depósito averiado a la cisterna se había retrasado por un problema en los conectores necesarios para la operación. «Este ácido se utiliza para regular las aguas que se vierten a la depuradora y cuando se vacíe el tanque, los ingenieros valorarán las causas del problema. Las medidas de seguridad de la empresa han funcionado a la perfección y próximamente reanudaremos el trabajo», aseguraba Luis Alcayna, gerente de Glosen Foods.
Otros protagonistas del suceso fueron algunos vecinos de la zona que declararon a esta redacción haber tenido problemas de respiración por culpa de la nube tóxica, así como haber denunciado a la fábrica torreña en varias ocasiones por los presuntos ruidos que ocasionan durante las horas nocturnas en las que trabajan. «Ha sido como cuando echas agua fuerte al suelo», resumían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario